4/3/21

COMISARIADO: Jordi Teixidor. Contemplaciones: Ana H. del Amo, Guillermo Mora, Nico Munuera, Mar Vicente

 

SET ESPAI D'ART presenta la exposición «Jordi Teixidor. Contemplaciones: Ana H. del Amo, Guillermo Mora, Nico Munuera, Mar Vicente», comisariada por Rosa Ulpiano. Un proyecto que recoge una serie de obras realizadas en distintas técnicas y etapas del Premio Nacional de Artes Plásticas 2014, y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Jordi Teixidor (Valencia, 1941).



La muestra se vincula a partir de la mirada de cuatro artistas de diferentes generaciones articulando un discurso en torno a una obra de Teixidor con una propia. El diálogo invita a reflexionar a través de diferentes gramáticas y vocabularios sobre conceptos como el acto de pintar y sus límites, la geometría, la abstracción, la mirada y su evolución, la totalidad y la unidad, la dimensionalidad nihilista contemporánea o la ausencia- presencia. Cada cual a su manera, cuentan los modos y maneras en que se han inspirado o bebido de la pintura, ya sea conceptualmente o como producto de una reinterpretación personal en beneficio de su particular discurso y de las estéticas contemporáneas.







Considerado uno de los máximos representantes de la abstracción española, Teixidor ha desarrollado una obra donde la reflexión y el pensamiento crítico siempre han estado presentes a lo largo del tiempo. Tras sus iniciales incursiones en el Pop Art, a finales de los años 60 realiza un viraje hacia nuevas corrientes artísticas, en un complejo periódico histórico y coyuntural donde en España todavía se desconocían ciertas tendencias estéticas, abriendo nuevos caminos para las futuras generaciones. La abstracción en todas sus dimensiones nos ha permitido leer con nuevos ojos el arte del pasado superando lo lineal e incluso las coordenadas espacio-temporales. Contemplaciones, discurre por estos difusos límites planteando una apertura hacia lo insondable en el arte. Guillermo Mora (Madrid, 1980) con su serie “Cuadernos” analiza la visión fragmentaria de la pintura estableciendo cierto paralelismos con “Cuatro azules” de Teixidor. Una obra cuyo cromatismo surgió a finales de los 80 como homenaje a los poetas del 27, y que adquiere nuevos matices a través del fragmento y las nuevas maneras de entender el mundo ya no como unidad, sino como secuencias de distintas narraciones y codificaciones. Por otro lado, Nico Munuera (Lorca 1974) se interroga sobre los límites de la pintura tanto físicos, perceptivos como conceptuales y el acto de pintar. La mirada se posa sobre un pequeño papel azul de los ochenta S/t, en contrapunto con dos obras sobre lino de Munuera haciéndonos reflexionar sobre algo tan vital como son nuestras intencionalidades y modificación de decisiones. Una serie negra de Teixidor nos da la bienvenida a la sala con tres pequeños óleos realizados en el 2003, que acompasan una instalación de madera entelada de Mar Vicente (Lugo, 1979). Continuidad modular, connotación espacial y movimiento además de una búsqueda de pureza mediante el acto estético desafían lingüísticamente la ausencia, la distancia, la desilusión del negro frente el color áureo de Teixidor que nos invita a la abstracción contemplativa. Ya que como señalaría Barnett Newman en 1947: “La base de un acto estético es la idea pura. Más la idea pura es, necesariamente, un acto estético. He aquí la paradoja epistemológica que constituye el problema del artista”. Problema que nos plantea Ana H. del Amo (Cáceres, 1977), con cuatro esculturas de pared donde esboza el concepto pictórico desde una poética de proceso a través de los materiales, la geometría, la línea y el color. Un lirismo caracterizado por la ausencia y la presencia, contrastan, más allá de los términos estéticos de Teixidor sobre la construcción; acercándonos a una reflexión racional, critica, equilibrada y contenida en los elementos expresivos que interrogan más acerca de la profundidad que sobre las superficies. Una exposición sobre pintura que mantiene su compromiso y vigencia de la abstracción, y que se plantea desde un pensamiento global de ruptura con las fronteras temporales y generacionales, con toda la esfericidad conceptual que alberga lo plural y lo interdisciplinar. El viernes 10 de mayo a las 19´00h tendrá lugar una charla- presentación de la exposición a cargo de la comisaria y los artistas participantes quienes abordarán las diferentes miradas o diálogos posibles en torno a la abstracción.





COMISARIADO. DIALOGOS EN EQUILIBRIO LEO MATIZ Y LUKAS ULMI

 

Diálogos en equilibrio. Leo Matiz y Lukas Ulmi Comisaria: Rosa Ulpiano. Del 24 de enero al 13 de junio de 2020. "Desencadena", intervención de Ana Luján, 5 de junio de 2020

Diálogos en equilibrio. Leo Matiz y Lukas Ulmi Inauguración viernes 24 de enero a las 20:00h Del 24 de enero al 28 de marzo de 2020 La galería SET ESPAI D’ART se complace en invitarles a la exposición Diálogos en equilibrio. Leo Matiz y Lukas Ulmi, comisariada por Rosa Ulpiano. Un proyecto que ante la paradójica convivencia de dos medios aparentemente antagónicos: la fotografía en la modernidad y la escultura contemporánea establece una lectura donde abstracción compositiva y filosófica reúnen en un acertado equilibrio el espíritu de búsqueda conceptual y la utopía ascendente de la modernidad. La muestra presenta por primera vez en España un conjunto de fotografías –serie abstracta-, realizadas entre finales de los años treinta a los sesenta por el artista colombiano Leo Matiz (Aracataca, 1917-Bogotá, 1998). 










Imágenes icónicas como “El pavo real del mar” o espacios arquitectónicos e industriales, así como elementos de la figuración se deshacen a través de la cámara creando una ambigüedad paralela “abstracta”, una dimensión ajena a nuestra memoria visual que atraviesa espacios que el ojo no está acostumbrado a captar. Una serie en el que la experimentación mediante los recursos ópticos del medio establecen una lectura con la contemporaneidad escultórica de Lukas Ulmi (Lucerna, 1958), como parte de un léxico común todavía vigente. Considerado el novel de la fotografía colombiana, Leo Matiz fue calificado en 1949 como uno de los diez fotógrafos más prestigiosos de su tiempo. No en vano trabajó para las revistas Paris Match, Momentos, Life o Reader’s Digest en su periplo por EEUU y más tarde en su país para cubrir "El Bogotazo", junto a Gabriel García Márquez. Por su lente pasaron grandes personajes de la Historia como: Frida Kahlo, Diego Rivera, Siqueiros, Orozco, Marc Chagall, Celia Cruz, María Félix, Esther Williams, Luis Buñuel, Fidel Castro o Tina Modotti, entre otros; dejándonos un legado considerado uno de los registros visuales e Históricos más importantes del siglo XX de Colombia y América Latina. Lukas Ulmi realiza otra vuelta de tuerca, introduciendo nuevamente los elementos encontrados, de igual modo que el fotógrafo encuentra el instante o la forma precisa, creando nuevas formas donde la geometría sigue siendo el motivo central. Maderas, hierros que se redoblan en estas nuevas esculturas donde la participación del espectador, lo moviente, el equilibrio y el efecto visual y lumínico -característico todo ello en la trayectoria de Ulmi- son todavía definitorias. La escultura por momentos sugestiva, recorre una línea a través de la sala que interpela al visitante a través de la fotografía de Matiz, impulsándolo hacia un nuevo registro, una vuelta a la contemporaneidad. Geometrías donde convergen arquitectura y arte, erigen un registro impecable de la forma y el pensamiento a través de la síntesis del material y la construcción. Los personajes que se mueven por los andamios, se personalizan metafóricamente en el visitante que recorre las esculturas, cual poética matiziana.
 La aparente fragilidad de la escultura de Ulmi revela una dicotomía entre límite e infinitud, peso y levedad, un instrumento de expresión que nos introduce en el espacio material, en una realidad física para lanzarnos inmediatamente a través del juego óptico retiniano hacia la abstracción. Escultura y fotografía dialogan a través de las manos, porque como decía Matiz sus fotografías son como esculturas trabajadas en el laboratorio, la habilidad de las manos es la que va a dar los tonos, como la modelación de la escultura. Y el instante, a través de los reflejos de la luz juegan con nuestra retina en una serie escultórica que Ulmi homenajea titulándola “Matiz”. Deferencia a ese Universo matiziano, con el que conversa y cuya calidad de los diversos códigos escultóricos, matemáticos, poéticos, físicos, geométricos o visuales, transforman el conjunto expositivo en fragmentos de un arquetipo mayor, un meta-lenguaje. Dos registros, dos miradas diferentes en espacio y tiempo pero ambas en equilibrio dentro del paradigma insoluble de una misma realidad, la abstracción. Rosa Ulpiano. Comisaria